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Siendo fieles testigos: sirviendo a Dios en un mundo que cambia

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11. Proclamando las Buenas Nuevas

Dan Cammack Junta Anual del Noroeste

En 1647 Jorge Fox escuchó estas palabras, ‘Hay uno, o sea Jesucristo, que puede hablar a tu condición’. Su corazón saltó de gozo, y Fox empezó a proclamar las buenas nuevas de Jesús a sus contemporáneos en Inglaterra. Muy pronto el mensaje se extendió a los países vecinos y a las Américas. Miles de personas respondieron clavando los ojos en Jesús, sintonizando sus oídos para escuchar su voz y siguiéndole obedientemente.

En los siglos siguientes los Amigos han continuado llevando las buenas nuevas de Jesús a todas partes del mundo. Algunos miembros de mi propia familia participaron en llevar aquellas nuevas al pueblo Aymara en los Andes de Bolivia y Perú.

Mi tía abuela, Helen Cammack, fue miembro del primer grupo que fue a Bolivia desde lo que se llama ahora la Junta Anual del Noroeste (EE.UU.). Helen, mujer soltera y maestra, llegó a La Paz a comienzos de los años 1930. Como había pocos caminos y vehículos, Helen obtuvo una mula a la que llamó Princesa. Pasó gran parte de su tiempo estableciendo escuelas cerca del Lago Titicaca. También empezó a compilar un diccionario de palabras Aymara. Más de una vez Princesa consiguió soltarse durante la noche. ¡Helen tuvo que levantarse de la cama y vagar por el campo buscando a su mula traviesa!

Durante una visita al Pacífico Noroeste Helen pronunció un mensaje basado en las palabras de Jesús en Juan 12: 24: ‘Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha.’ Poco después, en 1944, Helen murió de fiebre tifoidea en La Paz. En aquel entonces había sólo unos centenares de Amigos en Bolivia.

Ahora es el año 2002, y mi familia y yo estamos terminando catorce años de servicio misionero en el Perú. Dentro de pocas semanas subiremos a un bus cómodo y saldremos para La Paz. En el camino veremos una multitud de Iglesias de Los Amigos. Pasaremos por el área en donde Princesa jugaba al escondite con la Tía Abuela Helen. Al subir al avión rumbo a los Estados Unidos, estaremos pensando en los más o menos 10,000 Amigos que forman las juntas anuales de Bolivia y Perú.

¡Gracias, Jesús, por otorgarnos el privilegio de proclamar las buenas nuevas!

Preguntas:

- ¿Cómo entiendes tú el ‘proclamar las buenas nuevas’?

- ¿Cómo reaccionas a la revelación que tuvo Jorge Fox de que había uno, o sea, Jesucristo, que podía hablar a su condición?